Acostada sobre la frazada de la cama. Los ojos apuntan directo a los movimientos que le viento le predispone a las cosas. Y dentro de mis ojos el sentir de las ansias, por estar esperando los besos que se prometieron mi boca y la tuya alguna vez en alguna fiesta. Cuando bailando el roce de los cuerpos era más, y sin pensarlo estábamos mirándonos el deseo y la complicidad de no saberse ese el tiempo. El tiempo si es hoy.