10.27.2013

Pecho de arenas. Medanos con hendiduras por donde corre la sal de tu transpiración. Recorreme en un abrazo de calor, puro viento para los ojos y las voces. Medano de actitudes chatas como una chapa, donde no corre el oxido ni corre el brillo. Medano de arenas voladoras, tan suaves que con el viento se van si no están plasmadamente compactas por alguna humedad. Medano, raro medano con tantos atributos a la universalidad de los cuerpos y la belleza. 

10.25.2013

Una vez me sumergí en el calor de tu pecho, y decidí que hay ríos que no te veo pero si siento. Acto seguido fue salir en ese mismo momento a la calle y con tu sudor en mis mejillas el aire me diría que color tienen tus ojos. Claro, no es el que todos miramos.
Luz en una ventana nueva, ajena pero nueva. En su torso los colores de la arena se impregnaban de humo, un humo sabor a pollo. Suave, con la música mas suave combinaba su tranquilidad. Reposaba su mirada en comentarios casi tan importantes como el silencio. Hay un historia entre tus pelos que desconocen mis manos, en el momento en que tus palmas se apoyan en ellas las aprietan y sostienen parece correrse los telones de tus parpados. A que teatro vamos a ir. Las tardes escondidos del sol y los tiempos que se acaricien entre los cuerpos, solo dejar que los tiempos se acaricien. Un segundo para el hueco de tu mentón, un segundo para mis dientes.
Sin imaginarse se sentaba a esperarla a un metro de distancia, tenia una frialdad del norte. Ella se ponía cómoda en cualquier espacio, haciendo de sus mímicas largos discursos donde lo incitaba al plagio de "Antes del amanecer". Recorriendo bares por las calles semis calientes de primavera, el asfalto grueso gris, con los echos de las noches. Miraban donde podían sentarse a tomar y sentirse mas amenos con las miradas, que lejos de querer encariñarse se conectaban por el goce del viento que corre en los días, desprovistos de adonde les volaran los pelos. No puede uno quedarse con las mañas viejas, sin dar paso a las escaleras de los bares, que cierran y abren sus puertas. En el bolso se guarda lo útil, los chistes descoordinados, dos valores imprescindibles y un pomo con oleo de todos los colores. Hay un bolsillo sin fondo, de donde salen las mil circunstancias, y en una de ellas ese encuentra él mirándola con ganas de abrazar, tímidamente y frío.
Quería quedarme con tu sudor en mi piel. Caminar y que el aire me acerque a mi nariz tu olor, para sentirlo y viajar. El momento exacto donde tan juntos los cuerpos, respiran sincronizados.

10.19.2013

pasa por mis verdes, los refrescalos para después saludarnos con un beso a distancia el día que las bocas quieran. Por el placer, para que el puro deseo nos tiña los pelos y dejemos que su color sea un matiz mas en nuestras paletas.
Fresco de la noche, tu mano deslizándose por debajo de mis ojos. Buscas levantar mi parpado lentamente, debajo del árbol despendedor de hojas que caen y nos golpean. Horas alzadas, lentamente sobre el mástil de la oscuridad nocturna. Tu mano rustica y firme levanta mi piel del ojo y te buscas meter despacio, como quien quiere darle besos a la boca sin morderla, como quien quiere abrazarte pero calcula porque le interesa ese brazo. Contas historias, y me regalas sonrisas pasadas. ¿Qué buscás en mis ojos? ¿La parte donde no conoces? Pongo una mano sobre tu centro y te mantengo distante, mis brazos no se abren como paraguas, como sombrillas cuando les da la luz o la lluvia. Se abren cuando les da el calor de los centros. Seguí participando, te aliento. Tu boca y mirada pueden a mis extremidades. Lentamente las pueden como blandas espumas que se dejan caer, como voy dejándome estacionar, en un agua que no se le ve el fondo. Me dejo flotar.

10.17.2013

Acostada sobre la frazada de la cama. Los ojos apuntan directo a los movimientos que le viento le predispone a las cosas. Y dentro de mis ojos el sentir de las ansias, por estar esperando los besos que se prometieron mi boca y la tuya alguna vez en alguna fiesta. Cuando bailando el roce de los cuerpos era más, y sin pensarlo estábamos mirándonos el deseo y la complicidad de no saberse ese el tiempo. El tiempo si es hoy.
No se cansaba de pegar el sol en mi pelo. Mas rubios los ponía. Mientras daba los pasos como podía alguién que no para de bailar, a solas, de a dos, de a uno con dos cuerpos. Me iba sacando discretamente los aros, peinándome, y sacándo el maquillaje que por debajo de los ojos incitaba a mis ojeras a resaltarse y mostrarse ante el mundo diciendo: Si, la pase genial!. Dentro del almacén con una señora sentí la envidia de serse joven y abierta a la creatividad de los días. El secreto de no permanecer en un lugar por mucho tiempo, como lo hacia allí esa mujer hace años. Caminé dos pasos, y me encontré con el recuerdo de un beso tan distante y apasionante. La sensación de ser leve, como flotando en el agua. La sensación de sentirse libre, por la calles de Padua.
Brillo de ojos que piden agua de mares y mares. Tienen la pupila derritiéndose en la manos, todo lo ven. Abrazan el cuerpo lo sostienen con la fuerza de los troncos y lo embellecen con la firmeza de los músculos. Moreno de ojos claros, la piel dorada del amanecer, curtida y extraña. Las manos se deslizaban buscando los músculos de tanto amor y solo se encontraban con una piel reseca, y una boca ajena sin imán, sin arte, sin tranquilidad. El puro deseo había destronado a los valores, era voltearse a ver la luz, y voltearse a ver la oscuridad. Sin sentir, mas que le sensación de lo ajeno y placentero.

10.15.2013

Bien, fue verse los ojos de ganas de sonreír, y la boca dio paso a los mordiscos. Dos cartas sin maso que buscaban manos que las barajen. Sin tiempos, cantando por calles entre abrazos y besos. Luchas de ego y desconfianza, firmeza en las ganas de los cuerpos. El amanecer de una pieza oscura, cubierta de polvo, y mas polvo.

10.07.2013

Pero hoy recuerdo los soles, así espero recordar los soles y las esperanzas del amor. El sueño de haber querido sin limite en un mundo que solo recibe abrazos, y te deja el campo a ese sin fin de segundos, es los verdes de las selvas, puros en el sentir. Como no voy a querer resguardar tan hermoso templo, que sin campo hoy existe y es motivo de cuidado, la memoria, el arte y el respeto de tantos gloriosos sentimientos.
Esta el amanecer de los sueños donde se desprendieron tardes riendo a los arco iris, recreando mundos donde vivir que si se quieren buscar hoy no sabemos que mapa tomar. Hay un declive en tus parpados, hay dos manos extendidas separando una historia. Para dar paso a otra. Saberse frenar. Nos convertimos en flores brotadoras de las panzas, nos convertimos en historias dentro de días y recordamos con sonrisa. Así sin ir mas lejos, recurramos a nuestros ojos para valorar y embellecer las idas. Brotemos de lo marchito, con una nueva historia que nos convierta activos en el cariño.