Mirás la boca y no te dan las manos para agarrarme.
Deseas de entrada vaya a saberse que echos, y solo te acercas hasta detenerte en milímetros.
Te gusta la distancia y el no ser de las situaciones.
Tengo ojos de paciencia y de mirar tus juegos para sonreír, sin poesía.
Gustas de la histeria, gustas de los pechos y sus bocas.