6.14.2013
Como Galeano con su monstruo amigo, contemporáneo de africanos yo tengo un monstruo amigo mío. Tiene mi edad, y tiene la edad de la psiquis. Chiquito, pequeño que llevo adentro. A veces lo olvido en un rincón, como varios personajes amigos que tengo refugiados en mi, algunos bellos artistas, otros reidores que cuelgan de los brillos de mis pupilas, otros se esconden debajo de la axila calentitos esperando que lo recoga para ayudarlos, otros se encuentran en la cima de mi frente señalándome hacia donde dirigirme comandados con los que residen en mi pecho y se abrigan de mi calor y energía, otros duermen en los lagrimales esperando el agua inundante que los recoja y lo lleve a la aventura de sus vidas : brotar desde el dolor para ser lo rico de una lagrima salada. Este pequeño suele recordarme la posibilidad de infortunios en mi cuerpo, mi templo al que me gustaría darle el tiempo para que los que viven adentro puedan desarrollarse y desplegar sus brillos, algo parecido surge en el mundo, quiero darle mucho para que los pequeños que vengan tengan tiempo para mejorarlo y hacerlo un color con muchos colores. Suele llamar a los personajes que viven en los lagrimales para estar atentos a que el pecho se active de emociones por miedo a que el templo no tenga su debido tiempo. Amigo monstruo, tengo que dejarte durmiendo abrigado porque te lo mereces me has dado cátedra de como cuidarme, tranquilo que si de algo pasara todos los personajes van a estar al pie del cañón luchando por su templo. Amigo, tranquilo, disfruta el baile interior, se que te cuesta, cargas todas tus energías en cuidarme, pero no tenemos un personaje adivinador y tengo que jugar con los otros personajes así crecen. Amigo estas, se que vas a venir a visitarme, no lo dudo, se también decirte cuando irte y cuando volver. Querido amigo, compañero tenemos mucho por recorrer y en cada estación estarás, te voy a estar esperando monstruo amigo mío!