escúchame lento, desprende las letras de las palabras porque en tu oído voy a dormir esta noche. Un susurro te dará la piel erizada y tal vez algo más. no duermas hasta tarde, el reloj de la codicia femenina te estalla en la cien. el sacerdote le da pan al mendigo de dios, hoy vas a querer el vino que se te negó. no lo mires a él, mírate tus hombros y no calles hasta crearte las ropas. esa pequeña nunca fue buena para la bruja, pero se disfraza con horrores que no quiere ver. cuando todo el amor de la inquisición resbala en los monasterios de su pecho. anda, esta mano también come migajas de pan.