subida ya al colectivo me di cuenta que me introducía un pesado sueño, luego de pensarte y post pensarte. el viento en mi cara y mis pelos favorecía a tus desprendimiento lento y apasiguante. y también aquel muchacho que días atrás había sabido llegarme. entre por la puerta de mi casa esperando encontrarme con la cama y mi cara, un suave viento desde la ventana entraba y el pronostico se veía empeñado en seguir con su caprichoso ritual volarte de mi. no pude negarme al sueño ni quería, de esta forma mis pestañas pesaban mas que la gravedad y me zambullí en tranquilidad. El cielo parecía caerse, como si de pronto estuviese por venir algo monumental, un gigante del ruido soplaba por los pinos, y convocaba a mas estruendos, las ventanas temblaban, y se escuchaban portazos que a lo lejos anticapaban llegadas. todo sucedía y yo dormía. Horas después me desperte ya sin sueño, mansa como una hoja verde me desperecé y sentí que en un sueño te despedí, tu presencia y ausencia no eran mas que la misma cosa, resignificación de serme mujer. el viento me presto un par de alas para emprenderme en un vuelo donde no tenias ni un asiento.