Tardía en la noche, o justo a tiempo para que lo relojes cuenten su mentira.
La transparencia naranja de la luna en la sabana negra que nos cubre, fresca y presente.
En los ojos transcurren seis ojos, tres miradas, un amor, un cariño, un beso arduamente justo.
La almohada me incomoda, las pestañas se abrazan en su solitaria presencia.
Los abrazos no están, y por mas que estén se sienten no ser.
Serse con las estrellas la luz que enciende en las inmensidades.
Serse el romanticismo de un pequeño ser vivo en los vivos gigantes.
Botánica de las hojas, sus formas y clorofila, perfecto color en mi piel.
Dame tu savia nutritiva, mojame de tu vitalidad, de tu abrazo natural.
Ese abrazo que se perdió. No es mas que encontrarse en otro camino.
Que brazos hoy cubren y no tienen calor. Que brazos a estas alturas de las noches.
Seis ojos, tres miradas y ni uno comparte las ganas de colorear con el aguado de la niebla,
rehacer los naranjas que nos propone el cielo. En la plena espontaneidad del bienestar.
Romper, quebrar.
Botánica amada. Creceme hojas, vamos a descubrirte tu belleza.
Y hagamos algo por el vecino.
Desempolvemos viejas pasiones, llenemos el libido con risas, para inflarlo de poesía y valentía.