Levanto los parpados, y ahí estas.
Brillas delante de las luces,
y ellas te hacen ver el alma.
Ordinaria como todas,
pero llena de corrientes de amor.
De fracasos, de llantos, de miedos,
Pero de risas, de voluntades, de arte.
Me abrazaste mi ser,
Nos preguntamos eso,
como fue.
No lo sabemos los dos.
Nos abrazamos, nos pasamos calor a través del pecho.
Y hoy, en ese pecho ya no siento,
tus labios, se visten y desvisten en mis ojos.
Se le va perdiendo el color.
Se van volando directo a nuestros corazones,
guardándose en lugares privilegiados.
Para querernos siempre desde la vitalidad que se nos concedió,
el mirarnos, besarnos y sabernos amar.