12.17.2015

Un tiempo juntos. Para llegar a su alma y vivir en nuestro paisaje había que cruzar un camino sin marcar y peligroso. Me aveturé en el viaje, a veces llegaba y disfrutabamos de nuestras naturalezas. Otras, el camino era tan dificil que me perdía y casi siempre llegaba a algún lugar que no era el que deseaba y lastimaba. Ese dolor casi se volvía crónico pero los dias de nuestra naturaleza con sus simples besos casi curaban todo, casi, siempre era casi. mientras que el dolor crecía cada vez más, cada vez que llegaba a sus playas lo dificil era salir, quería quedarme a vivir, en los brazos de su paz que eran un milagro cuando todo se despejaba y en esa playa eramos él y yo viviendonos en la naturaleza de las almas. si una humana pudiera detener el circuito de los cielos.. pero no tardaba en llegar la tormenta y me obligaba de nuevo al camino de dolor y peligro. viendo de lejos a la playa y mi amor, solo era el sufrir. no queria desistir, lo quería conmigo. pero no podía vivir así y simplemente un día deje que el agua tape el camino retrocediendo levemente de ese camino y vislumbrando la costa cada vez de mas lejos, porque me canse de correr y cuidar caminos para memorizarlos y alcazarlo. llendome para mi naturaleza, redescubriendo mi habitat donde él ya era solo recuerdo y la imagen de una playa paradisiaca que se hinundó por los ciclos de su mar. mientras en mis hojas y su humedad que da todo calor de sol, se esconde el querer quedarme a vivir ahí, cuando el mismo calor me abrigaba y me ponía enfrente lo que mi deseo no dejaba: eso implicaba dejar de vivir completa.