6.07.2015

Esta distancia de los que se quieren cerca, a veces se convierte en pequeñas agujas que van por dentro de mi cuerpo. Se estancan en un lugar y simplemente pinchan. A veces la distancia se hace gotas de sal, y se convierte en la sal de los ojos que llaman al llanto. Otras, se vuelve un constante moviemiento que no termina hasta hacerse sal de la piel que llama al sudor. Algunas veces, las veces con mas suerte, esta distancia es sonrrisa en medio del viaje. Pero hoy, soy la sal que desprende el amar.