habiéndote bailado la risa por esa boca que hipnotiza, cuando en la oscuridad de las calles me arrebatabas un beso que mas que pedir permiso sabes que tiene un cartel inmenso donde dice "besa a estos labios, hacelos sentir de nuevo" Y así bailandonos unos tangos lentamente torpes, simpáticos bailarines principiantes que al confundirse sonríen a su baile. Mi mano tomada a la tuya, que despacio la acercabas a tu pecho y ahí en medio de sentir me hacías caminar. Te sentaste en el bar a tomar y tomar, te vi tanto, te sentí tan bello con tu sonreir que te invite mas de una vez a bailar, en una milonga, la mujer invitando al varón. No solo eso, si no que se bailo como si tuvieramos la pista solo para nosotros, y mejor aún sin nadie mirandonos, bailamos como buenos artistas que sientes e interpretan y sin contar con la técnica nos dejamos deleitar por los movimientos sin razón, y le ibamos sumando motivos a nuestras alegrías. Finalmente, caminamos calles, besamos lunas, nos sumergimos en los besos, hacía mucho tiempo que no besaba con tanta pasión. Todo era alegría. Arrebatadora alegría que descontaba tristezas y tiempo. Caímos en nuestros brazos desnudos, miramos la luz del día por las sabanas, conversamos de tanto. Jugamos hasta reventar en abdominales de carcajadas, y en un solo segundo todo se transfiguro. Estabas parado con cara de enojo, maltratando y dando ordenes. Que demencia puede tener un varón, un varón que te estaba haciendo sentir placer. Acto seguida tu belleza se fugo, te dejo la cara marcada de insomnio, de dudas y guerras mentales que libras. Toda tu historia lado B me enteré al amanecer. El sin sabor de lo que pudo ser, en un trayecto tan corto e intenso de bienestar, a un segundo de locura. Eramos tan alegres y seductores en esos bailes. Tanta tela para cortar, y tu engranaje mental lo resolvió eliminar todo en un segundo. Se trabo la tela en la maquina, la maquina estallo, y no hubo reparo. Me quedo una foto, de cuando eramos los únicos bailarines de ese bar.