1.18.2014

Veo lento el pestañear de nuestros ojos, tan cerca, veo lento su dulce cerrar. Así me llevo un poquito de tu aire bonito, dentro de mis pupilas. Así te llevas un poquito del gusto de mi piel entre tus labios de tabaco. Espontaneo cruce, dichosas noches. Amanezcamos en brazos que nos abriguen. Nos saludaremos y despediremos las veces que los tangos quieran. Adiós bello que te imagino caminar con tus pasos zigzagueantes en las calles solitarias y de clase media que soles andar, te perdés en esa ruta que te lleva a tu guarida, sos un paso de varón melancólico y empedernido por la angustia que te acontece, tratando de bailar solo un buen tango que interprete tu sentir. Calle, tus piernas y tu mirada esperando que la abracen. Bello que se desconoce como tal. Bello que no quiero darte lo que necesitas. Bello que no me quiero enroscar, duele decirte adiós como ninguna pareja, duele porque es un dolor que te acontece el que me aleja, duele porque eligo en parte recibir y no todo dar. Duele porque te mereces sonreír. Duele bello sobre todo porque hablamos unos segundos sin palabras, esa comunicación tan grata que escasea, adiós.

1.15.2014

¿Te explico? Casi que ni te haría falta.
Tenés un desnivel, bueno ¿Qué escalera deja caminar perfecto?
Y esta tarde tengo la leve impresión de dejarte besarme.
De querer que tus labios viajen a los míos después de los delirios.
En definitiva sos un pibe saliendo de un pozo.
¿Tengo ganas de ese barro?
Che suelo, cuanto barro tenés ahí y yo queriendo mis manos limpias.
Y estas atrincherado en tu trabajo, que te alivia el pensar.
Y estas atrincherado en tu cuarto vomitando gritos.
Y estas atrincherado a los 5 años cuidandote de los que te tenían que cuidar.
Y vas a estar atrincherado hermoso pibe.
Como atrincheraste tu enojo el día que te provoqué después de tu acción idiota de querer el control.
Qué lucha habrás librado. Y en eso andas.
Hermoso pibe, tus dedos humedeciendo mis labios.
Tus manos sustentando el peso de mi cuerpo.
Nuestras risas contagiándose y siendo los paraísos de los días.

1.13.2014

habiéndote bailado la risa por esa boca que hipnotiza, cuando en la oscuridad de las calles me arrebatabas un beso que mas que pedir permiso sabes que tiene un cartel inmenso donde dice "besa a estos labios, hacelos sentir de nuevo" Y así bailandonos unos tangos lentamente torpes, simpáticos bailarines principiantes que al confundirse sonríen a su baile. Mi mano tomada a la tuya, que despacio la acercabas a tu pecho y ahí en medio de sentir me hacías caminar. Te sentaste en el bar a tomar y tomar, te vi tanto, te sentí tan bello con tu sonreir que te invite mas de una vez a bailar, en una milonga, la mujer invitando al varón. No solo eso, si no que se bailo como si tuvieramos la pista solo para nosotros, y mejor aún sin nadie mirandonos, bailamos como buenos artistas que sientes e interpretan y sin contar con la técnica nos dejamos deleitar por los movimientos sin razón, y le ibamos sumando motivos a nuestras alegrías. Finalmente, caminamos calles, besamos lunas, nos sumergimos en los besos, hacía mucho tiempo que no besaba con tanta pasión. Todo era alegría. Arrebatadora alegría que descontaba tristezas y tiempo. Caímos en nuestros brazos desnudos, miramos la luz del día por las sabanas, conversamos de tanto. Jugamos hasta reventar en abdominales de carcajadas, y en un solo segundo todo se transfiguro. Estabas parado con cara de enojo, maltratando y dando ordenes. Que demencia puede tener un varón, un varón que te estaba haciendo sentir placer. Acto seguida tu belleza se fugo, te dejo la cara marcada de insomnio, de dudas y guerras mentales que libras. Toda tu historia lado B me enteré al amanecer. El sin sabor de lo que pudo ser, en un trayecto tan corto e intenso de bienestar,  a un segundo de locura. Eramos tan alegres y seductores en esos bailes. Tanta tela para cortar, y tu engranaje mental lo resolvió eliminar todo en un segundo. Se trabo la tela en la maquina, la maquina estallo, y no hubo reparo. Me quedo una foto, de cuando eramos los únicos bailarines de ese bar.

1.03.2014

te besaré los recovecos de un tiempo mejor. Unos minutos previos a decirte amigo. Donde dejamos las ilusiones por un mar de sin sabores. Que franco tirador fueron las miradas todo este tiempo. Las desgracias lxs novixs. Las alegrías las tardes sin correr, solo el verde nuestras voces y el querer. Sin asperezas prometimos meternos debajo de una mesa al mirarnos crecer. Vos tan negro del sol, yo tan blanca de esconderme. Mírame si no me convertí en una sombra por quererte sin saber. Míranos si no nos besamos los ojos en cada encuentro. Que extrovertidamente giles, que introvertidamente amantes. Cuando estas bocas se besen el mundo tendrá una historia mas que narrar.