Una lenta marea se llenaba de sal, despacio, cuando sus manos despeinaban y volvían a peinar la nuca de aquel morocho de rasgos marcados y significativos. Así mismo, las manos de él copiando las ondas de las caderas de una mujer en potencia. Que fiel copia. Desparramados los pesos corporales en un mismo suelo que les dio de bailar tangos y sambas donde se precipitaba el encuentro en las miradas. Corrieron a la cama, y debajo uno del otro, en los brazos del mero calor se encontraron bailando una danza nueva. Ella se escondía por debajo de su hombro para desaparecer en el placer, y el solo la tomaba como una marea a la cual acompañar. La dejo besarle los huecos de su piel, la incito a tomar las riendas con su mano, la dejo ser en su encuentro. Luego de llevarla de viaje sin entender el tiempo, en ese recorrido que solo termina con un suspiro entrecortado, la sostuvo entre sus brazos, la dejo en su mundo de placer mientras abrazaba su piel. Ella de a poco lentamente volvió, abrió los ojos y vio las carnes sabrosamente rojas de su cara y sonrío por que ahí había empezado el deseo con su camino y había llegado plácidamente feliz. Él entendió en su sonrisa el agradecimiento donde no pudo contenerse también sonreír, y espontáneamente el abrazo fue de de un grato fin de encuentro.
12.27.2013
subida ya al colectivo me di cuenta que me introducía un pesado sueño, luego de pensarte y post pensarte. el viento en mi cara y mis pelos favorecía a tus desprendimiento lento y apasiguante. y también aquel muchacho que días atrás había sabido llegarme. entre por la puerta de mi casa esperando encontrarme con la cama y mi cara, un suave viento desde la ventana entraba y el pronostico se veía empeñado en seguir con su caprichoso ritual volarte de mi. no pude negarme al sueño ni quería, de esta forma mis pestañas pesaban mas que la gravedad y me zambullí en tranquilidad. El cielo parecía caerse, como si de pronto estuviese por venir algo monumental, un gigante del ruido soplaba por los pinos, y convocaba a mas estruendos, las ventanas temblaban, y se escuchaban portazos que a lo lejos anticapaban llegadas. todo sucedía y yo dormía. Horas después me desperte ya sin sueño, mansa como una hoja verde me desperecé y sentí que en un sueño te despedí, tu presencia y ausencia no eran mas que la misma cosa, resignificación de serme mujer. el viento me presto un par de alas para emprenderme en un vuelo donde no tenias ni un asiento.
Eras el humano que anhelaba para la construcción de los días y los besos cotidianos, y vi como dejaste que nos pase el tiempo como una estampida hasta separarnos. Te vi mantener las manos atadas por no se que soga invisible, pero cuanta fuerza tenía. Te dejo pasmado, con los ojos mas pasmados todavía viendo inevitablemente como nos distanciábamos sin hacerte parte en el asunto. No quería cobardía en el amor, no. Cierro los ojos apaciguando el calor del verano, y apareces entre los parpados abrazándome. Nostalgia amor, nostalgia. Que sensación con tanto nombre. Brotan simplemente brotan las lagrimas. Y yo no sabiéndome explicar a la cara compungida que te fuiste dejándonos, echando culpas, y poco hacer. Y simplemente lloro, como si tendría que sacar charcos estancados donde te llore sin saber. A que fuerza finalmente le llamaste amor.
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