Por eso nadie te puede ver tan hermoso como yo.
Esta altura que tengo es la justa,
para verte primero la pera, después como una flor tu sonrisa
que se abre y deja verte todo por completo.
Tus labios que envuelven tan hermoso paisaje.
Levantando tu piel para formar tu dulce mueca,
achinarte los ojos hasta dejarlos tan vivos
como tu suave vos, que habla y respira tan cerca de mi
entre besos que dicen y palabras que argumentan.
Y sostener mis pupilas de esa manera,
es como si fueras inmenso.
Pero no. Sos un poco más alto que yo
y tan humano que florecemos cuando te miro y sonreís.