3.22.2012

Agazaparse

Una tierra asquerosamente caprichosa,
que no quiere ninguna planta.
Un aire viciado como de las novelas deprimentes,
pero sin ser angustiante,
y un resignarse a que pase el huracán.
Agazapada entre las sabanas,
y entre las charlas con la gente.
Pero con las la visión blanda y tierna,
aprendiendo el paisaje.