Tengo entendido algo.
Digo mucho y me hago cargo de poco.
No juego a que conosco, viajo directo al paisaje que quiero conocer.
Tengo poco, casi nada y aún así no disfruto de su sobervia privilegidad.
No es un pensamiento el que racciona con esto,
es la vida que no entiendo.
Más no es la vida, esa vida sería la común, la prefabricada que dicta a rarros y comunes.
Y tampoco me niego a a todo, todo se me niega.
Aunque esto es un secreto entre vos y yo, cosa y yo, más allá y yo y te lo voy a contar.
Tengo la vida traducida a mi idioma abajo del colchón, entre las bolsas de Complot, bolsas sin nombre y bolsas de color.
Cuando gustes te la muestro así la vivimos, discutimos o matamos juntos.
Pensálo.